Piccola Música Vol.2

Descarga aquí la compilación del mes de Agosto: Star Tracks: Piccola Odisea Espacial en dos volúmenes 2a y 2b

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Freak Power: Drive-Thru Booty (1994)




Moonbean Woman – Freak Power

El nombre de la banda está inspirado en el partido del mismo nombre que pusiera a Hunter Stockton Thompson como candidato para sheriff del condado de Pitkin, Colorado, en 1970. Durante su campaña éste prometió (cómo hace falta uno así en vez de un che slogan tan piñata como: “Estaríamos mejor con López Obrador”) la despenalización de las drogas (cosa que me tiene sin cuidado), pero también aseguró que destruiría las calles para convertirlas en pastizales en los que la gente podría caminar, prohibiría los edificios que ocultaran la vista de las montañas (cosa que me recuerda la idea de ciudades que Chuck Palahniuk pone en palabras de Tyler Durden, en Fight Club) y, finalmente, rebautizaría a Aspen con el fastuoso nombre de "Ciudad Gorda".



Change my mind – Freak Power

El mismo Thompson, creador del periodismo Gonzo, ilumina a Quentin Leo Cook (conocido desde 1996 como Fatboy Slim) en las letras y el ánimo de este proyecto surgido en Brigthon, en donde, en compañía de varios músicos…

- Ya ya, pinche Paso Sabroso, mucha información. Estoy harto de tu tono académico y también de tus crónicas. Freak Power es la voz, es el canto de los hermanos que buscamos un escape de esta realidad del terror, del régimen que nos oprime. Se me hace que eres panista.

- Ejem… Glup. Bueno, tampoco es para tanto, sólo quería hablar un poco de la banda para comenzar a contar cómo la conocí, cómo le robé el disco a un güey del cuál no me acuerdo. Algo ya más en mi esti…

- Tú no tienes estilo. Estás anclado a un género decimonónico con aspiraciones contemporáneas que resulta falso, güeee. Eres parte de esa plaga que ataca a las expresiones más puras de la literatura moderna, el caos, la multiculturalidad, la metaficción, la pérdida, la extracción, la ausencia, el olvido, la memoria de lo que el artista llama “Arte”…

- No, es que yo no hablaría de contemporánea, cabrón, nah mames y menos de “Arte”. Nomás que escuches estas rolas y sepas que el Thompson tiene que ver con el nombre. Hablando de nombres, creo que no recuerdo el nombre del güey al que le robé el disco porque también tengo libros suyos, más discos, ¡una tornamesa!…

- ¿Ves cómo desvías la atención de un tema que es tan importante en estos tiempos? Esa discusión es el nucléolo teorético bajo el cual se rige el futuro de las Humanidades. Un futuro que no puedes ver por tu obcecada defensa del canon Occidental. Nuestros padres los mayas…



Rush – Freak Power

- Nah mames, eso qué… Sáquese a la chingada de aquí, che chango. Muchachos acá les dejo un gran disco (según yo, claro). Lo mejor de los noventa, gran laboratorio de Fatboy Slim que inspiró a gigantes del escenario como Jurassic Five en su inigualable “Quality control” como observarán aquí . Abur.



Big Time – Freak Power

- Eres un pro yanqui, Paso Sabroso, cómo que Fatboy slim…

- Es inglés, pedazo de…

- Peor aún, Europa nos ha condicionado a un…

Bajen el disco aquí. Orita le rompo su madre

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Jaime López - Por los arrabales (Fonarte, 2008)

Desde hace algunos años, sentí empatía por las ingeniosas letras de un rockero nordaka. Con el tiempo, Jaime López ambientó varios de mis escenarios y sus canciones se convirtieron en referencia para mi anecdotario. La admiración casi poética me llevó a conocerlo. Osada grupie. Pero, para llegar al culmen, me topé con Lírica, su libro de sonetos, y la admiración creció y creció y aunque él diga que no es poeta —porque sí trabaja—, para mí, lo es. Indiscutible. López escribe con la voz y además, a veces, en estos tiempos suena a profeta.

En el 2008, López presentó el material Por los arrabales, en el salón Los Ángeles [quién no lo conoce, no conoce México], un disco de aventuras de carretera, moteles y algo más. Por los arrabales suena a cumbia, rock y polka, mucho acordeón, por supuesto, para recordar al arrabal, que para JLo se asemeja al útero que nos engendró, acogió y expulsó. Sin embargo, su música no es nostalgia, recuérdese su cita en la reseña de Mayra Andrade.

Uno de mis temas favoritos es “Nocaut”, de antaño, pero que en Por los arrabales se perfecciona como buen reposado; sin embargo, es una canción que reluce más a capella, cuando en pleno performance JLo lanza ganchos al hígado desde el escenario: “para colgar los guantes, bastó el silbido”. “Tucán”, “Castillos en el viento” o “Sólo estaba blofeando” son otros viejos tracks, de finales de los años 80 y 90, que JLo incluyó para sus fieles seguidores, además de nuevos cortes como “Tan lejos del Niágara” o “Anillo de diamante”.

Para los que nos sentimos del norte, no hay mejor metáfora de la vida que la imagen de una carretera [“una pura línea recta a donde no me esperan”] que cruza el desierto, con correcaminos y meonas pasando de lado. Para almas céntricas y sureñas, Por los arrabales es un escape a esas tierras de trotamundos. Por lo pronto, sé que un buen día escucharé a JLo por la carretera, cuando, por fin, vaya a Durango y me sienta lejos, tan lejos del Niágara, vestida de neón, con agave en mano y, por qué no, un anillo de diamante y mi Pedro Infante; o de perdis un guapo arrabalero...

Qué más da, si los sueños, sueños son.

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Blonde Redhead - Live @ KCRW


I am what I am
And what I am is who I am
[…]
Yet I am just a man still learning how to fall.



Cumplir 25 años es fácil. Lo difícil viene cuando los que te felicitan te dicen: “Ora sí ya estás viejo”; “Tss, ora sí ya valiste Rul…”; “Uhh, el cuarto de siglo ¿qué se siente?” Varía dependiendo cómo lo vea uno. Yo le doy importancia, tal vez porque ahora volteo hacia atrás y me doy cuenta de qué poco o mucho sucede en un abrir y cerrar de ojos.

Hace unos cuatro o cinco años el tiempo pasaba más lento para mí, eso creo. Caminaba del metro Universidad a la Facultad de Ciencias Políticas escuchando música. Aunque para muchos era cansado, a mí me gustaba ese trayecto, reservaba lo mejor de mi reproductor para ese camino. Ocupaba esos minutos para pensar las ideas de los trabajos de la escuela, creo que la mayoría de guiones, historias de cortos, etc., fueron concebidos en esos lapsos.

En una de esas caminatas escuché la melancólica voz de una japonesa acompañada de una guitarra que me atrajo de inmediato. Subía la famosa rampa de Políticas caminando lento… me dejaba llevar por el delicado piano que sonaba.

De pronto, me despierto hoy y la veo recostada del lado, respirando lento, perdida en algun sueño. Platico con los suaves silencios que otorga la “independencia”; toco la guitarra en el sillón donde pegan los rayos del sol; veo la Enredadera con sus largos y bellos tallos; y de vez en cuando escucho la voz aguda de uno de los gemelos de “la peliroja” desde el estéreo que está encima del huacal. Oigo y no me creo a veces.



Hoy, Blonde Redhead ya es conocido por más, muchos más. Y pienso: “Tan sólo han pasado unos cinco años…” Sí, tan sólo un lustro y sigo siendo tan igual que antes pero con diferencias abismales. Escuchar Falling Man me enmudece como lo ha hecho siempre; me recuerda las preguntas que me hacía a mis 21 y me avienta otras tantas para recordarme aquéllas que no tienen respuesta.

Escuchar el Missery is a Butterfly en vivo me toca con el índice al hombro y me sususurra la letra de cada canción sin que me de cuenta de dónde viene. Oírlo me recuerda a mi padre cruzando la pierna mientras hojea el periódico; a mí tocando por horas encerrado en mi cuarto, a la risa incontenible al lado de mi hermana, a mis pasos tímidos…

Un disco para quitarnos los calcetines, tumbarnos en la alfombra, y quedarnos quietos.

Total, ¿qué tantos son 25 no?


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Poncho Sanchez/Chile con Soul



“…All in all there is much to enjoy in this recording.
Have fun!”/Karim Abdul-Jabbar.


¿Es usted afect@ a los sabores picantes, a los colores vivos, al paisaje tropical, al baile, la playa, la pachanga… de plano, le gusta la pura sabrosura, sí?, entonces usted va que vuela para ser un(a) auténtic@ afrolatincaribeñ@ de corazón. ¿Cómo llegar al 100% sin sentimiento de culpa?, follow this rhythm.

…de esa, de la verde con totopos, por favor





Fin de semana, los noventa, quehaceres domésticos, radio a todo volumen, La Tropi Q, programa “Salsabadeando”, agradecimientos a la discoteca del maestro Carlos Campos (el de la vieja danzonera) por su aporte, “visítelo en la colonia Sinatel, a un costado del deportivo de los tranviarios”. Ni tardo ni perezoso, siguiente sabadito, lugar discreto, suertudo!, yo, el maestro me ve curioseando, tomo uno, veo otro, amable, pregunta:


-¿algo en particular?
-gracias, ¿son montuno?
-ah, qué agradable sorpresa, un joven interesado en nuestros géneros, por aquí, ¿de dónde le viene la escuela, de familia?
-algo así, ¿conoce a Panchito Morales y Los Yimbola Combo?
-¡por supuesto, cómo no!
-mi tío, hermano de mi madre
- ya lo decía yo… mire, acaba de llegar, le presento a Poncho Sánchez, le va a gustar


Me lo cambió, pero me agradó. Texano, jazzista, de raíces mexicanas, gran percusionista, alumno avanzado de Cal Tjader, se pulió, armó la grande: Charlie Otwell, Ramón y Tony Banda, “Papo” Rodríguez, al frente, Tito Puente, invitado, recordando a los grandes: Mongo Santamaría, Tito Rodríguez… James Brown.


Poncho vs Tito …mmm, otro poco de arrocito colorao’





Más visitas sabatinas, charlas, son montuno, boogaloo, soca, batacumble, guaguancó, y demás variantes, muchos CDs, saludos de ida y de regreso, a Panchito, al maestro Carlos, memorias.


Limón, salecita y… funk




Medio día caluroso, quehaceres concluidos, cocina, mesa, tacos, sabores, jazz latino, y …chile con soul.


En vivo

http://www.youtube.com/watch?v=-SvTrptAuvs

Ven a gozar conmigo!


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I just can’t get the blues out of my mind.



Cuando era muy pero muy chiquito, los fines de semana por la mañana mi papá salía a la sala en calzones a preparar hot cakes de 4 pisos con huevo y tocino y malteadas de chocolate. Mi mamá pensaba que esta bomba de carbohidratos afectaría severamente mi vida futura, sin saber que lo que realmente me dejaría marcado sería escuchar a mi papá después del desayuno tocando las teclas como acompañamiento de Stevie Ray Vaughan en vivo en el Mocambo como si él mismo protagonizara el VHS.


...Obvio aquí ni mi papá ni yo salimos en calzones.


A decir verdad, yo no le agarraba nada el pedo al blues, me parecían vueltas y vueltas sin fin con gargantas rasposas que siempre decían “babe esto, babe lo otro” y notas agudas que les ponían cara de dolor a negros gordos de tanto apretar las cuerdas de las guitarras. Gracias a la empírica educación musical que mi papá me brindó, fui comprendiendo que esas caras no eran de dolor físico, sino producto de una capacidad que se aprende poco a poco en la vida: la capacidad de dejar fluir los sentimientos sin la necesidad de pensarlos, improvisando.


Desde mi primer disco: Led Zeppelín I en vinilo, mi papá me fue dejando toda su colección acetatos clásicos como el Lucille de B.B. King o la historia de Cream, así como videos de Clapton y Buddy Guy, pero nada me trae tantos recuerdos como los de Stevie Ray Vaughan. Con sombreros de plumas y cinturones con espejos, este tipo me resultaba exageradamente excéntrico, no entendía nada de lo que tocaba. Un guitarrista que sin la intervención de un visionario como David Bowie pudo haber pasado desapercibido como incomprendido y que supo salir de las adicciones y del enviciado star system.

Últimamente he estado aprendiendo más de su vida y me he dado cuenta de que SRV era como una escala pentatónica de blues: Sencillísimo (Como persona) pero que con la imaginación adecuada podía crear un universo. A un mes del décimo noveno aniversario de su accidental muerte, La Piccola Música ofrece una compilación de tres discos del Box Set de Stevie Ray Vaughan and Double Trouble:

1…

2…

3…

Atásquese ustéd.

You see, we are here, as far as I can tell, to help each other; our brothers, our sisters, our friends, our enemies. That is to help each other and not hurt each other… And sometimes to help them we have got to help ourselves.

Stevie Ray Vaughan

3 de octubre de 1954 - 27 de agosto de 1990

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Revolution Girl Style Now. Le Tigre/Marnie Stern





Le Tigre - Hot Topic


En segundo de secundaria una inquietud llegó a mi vida y la compartía con 4 más, el plan conjunto era armar desde cero una banda de puras chicas. Teníamos toda la estrategia y el papel que cada quien jugaría, el nombre de la banda y hasta el título del disco, sólo nos faltaba la música, que cada quien comprara y aprendiera a tocar su instrumento. En ese momento me compré una batería de 7 tambores, me metí a clases, dejé sordos a los vecinos por un par de meses, y terminé por renunciar. Lo mismo sucedió con las demás integrantes de mi “air band”. De ahí abandoné toda expectativa hasta hace 7 años, cuando lo intente de nuevo, pero ahora con una guitarra, mismo objetivo, nuevos integrantes, todas desde cero igual, pero, al llevarlo a la práctica mi banda de ensueño tenía como baterista la caja de ritmos de mi pedalera, y en vivo era el “chama” que nos hizo el paro la única vez que tocamos frente a alguien más. No conforme con eso, la banda de puras chicas éramos dos viejas y un güey, tocando disque covers de Sonic Youth. A decir verdad, en mi segundo intento llegué un poco más lejos, por lo menos llegamos a ensayar. Ahora tengo una banda en Guitar Hero.

La cosa es que hace 7 años, se sentía una cierta ausencia de las mujeres y estaba en el aire esa inquietud que según yo era mía, pero no, en realidad era más global, había algo que nos llevó a lo que hoy tenemos: una escena femenina plagada de discursos reivindicativos, o que por lo menos se cuelgan de ahí. Viéndolo en retrospectiva, y después de un escueto acercamiento de campo en el tianguis musical de Taxqueña, me di cuenta que mis motivaciones eran las mismas que llevan a muchas a adquirir una guitarra, un bajo, o una batería por primera vez. En definitiva creo que hay algo en el rock que nos lleva a las mujeres a defender al género tocando un instrumento, y por esta razón es que pienso que la presencia de las mujeres en la música y lo que hacen en el escenario es una discusión que no puede haber terminado.

En fin, parte de ese “algo” que nos orilló a muchas a querer rasgar cuerdas para gritar que aquí estamos, lo hicieron explícito las famosas Riot Grrls, con la consigna: “no importa cómo toques, pero toca” y, como dice Kim Gordon, "las cosas pierden su contexto tan rápido” que hoy tenemos a chicas cuyo único atractivo es que apelan a un lesbianismo prefabricado y cargan una guitarra en el escenario, aunque, de plano, ni la toquen.

Ser mujer y tomar un instrumento, rápidamente devino objeto de deseo, sensualidad imposible de ser domada y estereotipo de mujer sexy, por encima del talento y el discurso serio. Pero lo peor, es que las propias mujeres lo solapamos y sacamos ventaja de eso. Esto, desde luego, tiene lugar en una industria musical que lo que menos procura es la música en sí misma, y cuya preocupación real está en dictar e imponer una “manera de ser” músico que nos ha absorbido a todos —periodistas, público, músicos, disqueras, etc. — al punto de casi, volvernos sordos. En ese contexto las mujeres son instrumentos, son diosas, divas o putas, ¿será que es cierto que ya son consideradas sólo como un músico más? Lo dudo, me parece que ni siquiera las mujeres mismas nos lo creemos.

Marnie Stern - Ruler



En fin, de por aquellas épocas del Riot Grrrlismo, sigue viva una disquera de la que me declaro fan, una que en el nombre lleva la consigna de eliminar estrellas de rock, y que en estos momentos presume entre su tropa a la legendaria Tobi Vail, baterista de Bikini Kill. En el 2007 esa disquera, KRS, firmó a quien decidieron llamar la mejor guitarrista femenina, Marnie Stern. Virtuosa de la guitarra, cuya presentación, en la página de la disquera, afirma que toca mejor que el 99% de la gente que ha mirado una guitarra. No sé si tanto así, pero realmente le mete galleta.

En definitiva si es muy buena guitarrista independientemente de ser mujer, y todo este choro es para presentárselas, pues en estos días el panorama ha estado desalentador, cabe preguntarse qué demonios significa para esta gente ser músico, ser mujer rockera, ser una banda de chicas y que significa hacer música con un discurso de género, porque una cosa es ser una música a secas, y otra muy diferente es ser mujer y agarrar un instrumento para luchar por la mujer, sin duda estas dos se separan de las que lo agarran a guasa, y con esto quieren fama, fortuna y sentirse deseadas. La verdad es que no está tan fácil, requiere además un ejercicio de autocrítica y honestidad, porque la música, en sí misma, no es ni masculina ni femenina y detrás está un aparato institucional que se la apropió como mercancia, cuyo engranaje es la escalada entre relaciones de poder que de entrada menosprecian al músico (hombre o mujer) y a la música que hace.

Pues todo esto para decir que en estos momentos escuchar a Marnie Stern, junto con muchas otras, me trae cierta esperanza frente a la indignación que me provoca el oportunísimo de muchos, hombres y mujeres. Adjunto el link de un disco del 2008, This Is It and I Am It and You Are It and So Is That and He Is It and She Is It and It Is It and That Is That (asi se llama) de Marnie Stern.

Arma una banda de chicas sin coger en el intento.

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Pat Metheny - Ferry Cross The Mersey (One Quiet Night, 2003)

Pat Metheny - Ferry Cross The Mersey



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Siberia: Sonidos gélidos arropando sueños




Traer a la memoria mis sueños surte un efecto doble; por un lado, me gusta revivir los momentos a través de impresiones borrosas, por otro, intuyo que recordar con cierta nitidez contornos, figuras, formas, rostros y presencias de manera frecuente, no es más que un síntoma de un mal descanso, pero ahhhh, qué bonito se siente tener esa sensación de haber vivido un poco lo que ni siquiera ha ocurrido.

Sobresaltos, suspiros o gritos, reacciones durante el recorrido por esa especie de museo que abre por las noches para mostrarle sólo a tus ojos cómo se redimensiona la realidad. Un poco de cansancio y casi cualquier condición es la ideal para tomar la ruta noctámbula, aquella ocasión era muy similar a las demás, apenas la cabeza tocaba la almohada y ya había caído directito en los gloriosos brazos de Morfeo quien me trasladaba, cual superhéroe a una damisela moribunda a un lugar dentro del subconsciente.



Me dejó ahí, en un punto sin referencia geográfica, hacía frío, una neblina espesa me impedía caminar con soltura y me obligaba a dar pasos cortos utilizando las manos como apoyo de ciego, me detuve en cuanto el silencio dio paso al rumor del oleaje, acto seguido, un olor húmedo acompañado de una voz semi ronca se esparcieron por el ambiente en torno a un “Where am I, still trying to find the light that burns the northern sky, a rarer borealis…”.

Por fin se disolvió un poco la bruma y pude ver el vaho que salía de mi boca y nariz al respirar, caminé por un estrecho e interminable callejón con el suave “And I need it more than love and I love it more than life and I want those stars above to shine this night” que cada vez se hacía más alcanzable. Me froté las manos y justo al divisar un sitio iluminado, mi despertador me trajo de vuelta a la cama y, como un balde de agua helada, me di cuenta de que, por obediencia al Repeat All de mi grabadora, se reproducía infinitamente la voz de Ian McCulloch y las guitarras de Will Sergeant.



Me agrada encontrar figuras en la crema al entrar en contacto con el café, pensar que cuando llueve alguien está muy triste arriba de una nube, imaginar que la recepcionista de la entrada del edificio canta la canción que escucho en mi Ipod cuando me dice “Buenos días”, me gusta pensar que Echo and The Bunnymen musicaliza mis sueños, que nunca murió Pete de Freitas ni se fue Less Pattinson, me gusta creer que el celofán que envolvía mi CD de Siberia sigue ahí, haciéndolo lucir como nuevo; me gusta paladear esta décima entrega del otro cuarteto de Liverpool con la misma frescura de aquél mozo 78 que no viví con ellos y tener el valor para declarar “Soy una soñadora y qué”.

Echo and The Bunnymen, Siberia, Cooking Vinyl, 2005.

Morfeo se metió aquí

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The troublemakers: Sonidos de fondo y sabores catalizadores.




Highway Blues (Muestra del talento de estos franceses, vieja escuela de vanguardia.)

La vida apesta, partamos de esa premisa. Por supuesto siempre hay peros, circunstancias que hacen la vida menos repugnante. Incluso en los momentos más erizos.

Paso Sabroso, sentado en una pozolería de Guadalajara. Comienza a llover, parece que se viene una de esas memorables lluvias de esa ciudad, pero nel, apenas unas trinches gotitas. A la derecha, doña Sabroso pidiendo más tostadas; a la izquierda, DJ Pinto con su cara de pocos amigos; enfrente, Poli y la Nena rodeados de un aura de benevolencia que no le conozco a ninguna otra pareja; al costado derecho de la mesa, Martha, la descubridora del lugar. Una reconstrucción de los viejos, viejísimos tiempos de este su humilde servidor.

El sentido del gusto debe tener un camino directo a la memoria. El sabor de la horchata comenzó la anagnórisis, acá en DF no la hacen igual. Al tiempo de probarla me vi a mí y al Pinto, afuera de la casa de mis tíos, dejándonos resbalar sobre el cofre de un coche diciendo, en vez de “¡Me caigo!, ¡Me caigo!”: “¡Me cago!, ¡Me cago!”. A lo que seguía un: “Pus cágate, pero tú lavas tus calzones” (Bien tetos, sí). Después de hacer esta y otras mamadas igual de pendejas, íbamos por unos bolis (congeladas o bon ice) de arroz (horchata) a la tienda. La jarra de horchata que nos sirvieron sabía igual.



Lemon (Atmósfera exacta pal recuerdo, la pesadumbre, crea cierta esperanza que no crece y es eclipsada por un ritmo relajante.)

Luego vino el postre, una jericaya (algo así como un flan, pero infinitamente superior), y ahí valió madres todo . Se abrieron las esclusas de mi deficiente memoria y en un solo torrente llegó el recuerdo de la cálida y mucho más primitiva Guadalajara, mis primos y mi abue y el mercado, los birotes, los frijoles con manteca, el puerco que ésta hacía.

La última vez que vi a mi abue fue hace un par de años. Malone y Paso Sabroso visitaron la Perla de Occidente para acudir a un congreso de la UdG. Después de la primera noche y la primera peda ahí, Malone y yo nos regresamos al mercado San Juan de Dios, única referencia cercana al mercado donde mi abuelita tenía una cocina. Caminamos cerca de una hora bajo el inclemente sol jalisciense, todos crudos y hambrientos. Al llegar un tío me preguntó, seguramente orillado por nuestros rostros suplicantes: “¿Eres el hijo de yola, edáaa?” Asentí y tomamos asiento. Nos tragamos dos guisados cada uno. Mi abue, mientras tanto, me veía y me veía, seguramente espantada de vernos comer como náufragos o tal vez por las barbas de talibán que se carga el Malone (Los registros de aquella época son poco confiables).

Mario, mi tío, al consultársele cuánto debíamos dijo: “No me chiiiiiingues” con ese cantadito tan propio de los nativos. Repetimos la operación de la comida al día siguiente. Al terminar de comer, me acerqué a mi abuelita que desvenaba chiles para hacerlos al día siguiente y le dije: ya me voy abuelita, déme su bendición y me puse de hinojos enfrente de ella.

La última imagen de ella. Viéndome, sonriendo, haciendo la señal de la cruz en mi rostro, con las manos cubiertas de semillas de chile poblano. Persignándome, pero también jugando con su nieto.

Y de vuelta a la jericaya en la pozolería, cuando mi primo me dijo que la Dulce María estaba dos tres, que si le decía que no. “Le diría ponte tu ropa y vete de aquí, chamaca babosa”, contesté y me llevé a la boca una cucharada más de jericaya. Si no lloré fue porque me distrajo justo a tiempo. Estábamos todos reunidos ahí por mi abuela y ella ya no estaba. Pinche vida apestosa.

Express Way con solo picar aquí

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Maru Enríquez - Y mi voz quemadura (Fonarte, 2002)

EPITAFIO




Los ángeles puritanos
para disimular su vuelo,
en traje de baño
se tiran al cielo.
Villaurrutia, Canto a la primavera y otros poemas


Escuché a Enríquez (primera musa de Jaime López) en el café de El Negro, muy cerca del WTC de la ciudad de México, por ahí del 2003, mismo año en que pacté un juramento jaimelopeciano, en el cual, como vil grupie, sentencié que iría a todas sus presentaciones; aunque, lo confieso, he fallado. Modulé el furor.

La verdad es que, hasta hace poco, no supe mucho de ella, pero no olvidé su registro cálido y carnoso, así como un ligero aire a la novia de México cuando interpretaba a los Dug Dug’s. Pero bueno, recién, sin mucho que hacer, la sintonicé en un canal de TV junto a otra chica, vaya sorpresa, también del top, la cubana Yusa. Así que esa noche me puse a re-escuchar a Enríquez y su hipnótica versión de Villaurrutia: “Y mi voz quemadura”, título homónimo del disco que presentó aquella ocasión de El Negro, junto a JLo, y como me gustan sus derivas y esa melancolía, sin tristeza, de sus rilkeanos “Ángeles puritanos”, decidí subir este post:

Aquél día de El Negro, la imagen del azogue de espejos desdichados y cuerpos inermes con estacas de vampiro, me conmovieron el alma. Fue la “Catrina” —y las cervezas—, un poema de Eduardo Langagne.

Noche médula. Acercándonos al tema mortuorio, uno llega a pensar qué libros o discos se llevaría a una isla desierta y pocas veces se pregunta sobre qué canción (poema), por decir, se llevaría a su tumba. Si tuviera que elegir, seleccionaría una que bien quisiera que se cante frente a mi epitafio, “Epitafio”, también de Villaurrutia:

No quiero caer en la atrabancada apoteosis musical ni en la pomposidad narcisista, así que sólo me resta escribir que las letras (y con qué letristas: JLo y Villaurrutia) y voz de Enríquez deben escucharse con humildad. In nomine matris.
El bandoneón, bajos, percusiones (con Montse Revah, colaboradora de JLo, Cecilia Toussaint, Betsy Pecanins, Minino Garay), saxofón, teclados y guitarras acompañan a este animal nocturno —y de escenario— que es Maru, quien también habla de la rosa y en nocturnos, pero con catrinas adornadas en la garganta.

Ciertas noches, se le puede escuchar en el nuevo local de El Negro, en el café ES3 Virreyes, en el Hotel Virreyes del Centro Histórico de la ciudad de México. Si tienen suerte, podrán tararear su versión de "Soul Kitchen", en vivo:


¡Ah, qué la canción!, su voz quemadura.

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AEROSMITH/BOOTLEG

Contrabando & Traición

…o lo que es lo mismo: La vida antes y después de MTV.

¿Qué jijos de la jijurria tienen que ver Los Tigres del Norte, Mick Jagger, El Pantera, Hip 70, MTV, y Aerosmith?, ¿qué pinchurrienta trama es esta Ragazziano?; veamos dijo un ciego.

Verano-Otoño del siete ocho. “Ya’stá, alcancé a juntar unos cuantos varos”, tiempo de ir a San Ángel, dejar una vez más los entrenamientos de la selección de soccer o las clases de teatro de la prepa, para checar nuevo material en la única tienda de discos respetable de la era, junto a el excuatazo Jorge P. , P de El Pantera o P de Pachequísimo, cualquiera en vez de su apellido. Él a lo suyo, sábanas pa’l forje, sí señor, vaya que le atoraba; del otro lado, pendejeando en los botaderos de discos y alelado por los megapósters (de piso a techo) de Kiss, Alice Cooper y del Bowie, me pasaban las moscas en plena cara, ¿y yo?, repito, en la leeela, pero, como todas las casualidades, cual cliché de película gringa, volteo a otro botadero, veo una portada con rayas tenues y manchas de chesco, acto seguido le digo al Panther: “mira cabrón (aún no se estilaba el “wey”), es del Aerosmith”, “no mames ya está usado y manchado”, dice, ” nel, está cerrado”, respondo, ambos: “¡órale, está nuevo!”.

El DJ hizo su chamba, con toda delicadeza, propia de quien tiene en sus manitas un vinil (de los 2 que conforman el álbum) recién llegado de USA, conteniendo material de colección de conciertos del 73 hasta el 78, con valor de unos 350 morlacos de la época, lo coloca en el tornamesa, en la pista 1, lado B, del disco 2. No había visto un cabrón que probara un vinil con tanta sutileza (después de mi), seguro que era un realy fucker mother DJ, quería que invirtiera mis ahorros de toda la temporada en ese disco. Mientras escuchábamos I ain’t got you, yo extraía el booklet y mi expresión ibacambiando conforme lo desplegaba: fotos y carteles de la gira, “¡’stá chingón!”. Resultado: contra DJ´s cabrones, buenas rolas y fotos picudas, no se puede…




Directo y sin escalas al cantón del Panther y su consola Stromberg Carlson estereofónica, puesto que en el mío estaban vedados esos sonidos. El Aerosmith a todo lo que daba, ¡y en vivo!, vaya que sí tenía punch ese disco. “La mera buena, Dri-mon, póntela”, ¡aah qué chingón!



Antes de salir a cotorrear, “un parcito más: Comtugueder…”



… yyyy esta mera”: 6:45 minutos de homenaje rockero a The godfather of the soul, y el resto, hasta completar 11:36 minutos con otra rolaza.





Giró el mundo. Ubicados ya en los ochenta y tantos, la era de la inmediatización visual, el boom de los videos musicales. Hay que salir de los recovecos, vender discos a través de imágenes, a como fuera, no importa tanto la música; pregúntenle a A-Ha y demás. Por desgracia, para mí, Aerosmith no queda excluído de esa fiebre ochentera del MTV, sus posteriores trabajos (tal vez hasta Pump) no alcanzan ese calibre que me sedujo para bootlegearme ese discazo. Ni hablar, me aplicaron la de Camelia La Texana: “…la traición y el contrabando, son cosas incompartidas…”.

Ojo: Jagger + Tyler = Los hermanos Rigual… de trompudos.


Nota de Redacción: Ragazziano agradece la desinteresada y espontánea colaboración del PachaRocker.PachaRocker (D.R.) aparece por una cortesía de Microsoft y Carlos Slim.

La rukola Stromberg Carlson presenta


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Los Nena - Volumen 2 [2004]


Desde hace unos años recopilo música mexicana (principalmente lo que se le llama "rock")... y dentro de esa colección hay de repente cosas bizarras... cosas ociosas y varias... VAAARIAS joyas que el mundo tiene la obligación de escuchar:

  1. para que se vea que si hay cosas experimentales y de calidad en este país (incluso me atrevería a decir que son proyectos que ameritan construirles un culto).
  2. para ver que lo experimental se puede mezclar con son jarocho y mariachi de una forma mucho más natural de la que nos imaginamos
  3. pa' tener excelentes canciones para las borracheras y desamores que no nos hagan terminar diciendo, por ejemplo, "I just want something I can never have" o "However far away I will always love you" (o el corito de al final de "Black" de Pearl Jam) (si... puros ejemplos noventeros me vinieron a la mente... ya saben... adolescencia depresiva ha ha...)
  4. pa' poder cantar de forma agresiva "pus qué hago aquí?" o medio ahogados "en el papel de las culpas... hazme la suma". Incluso clavarse en la textura con frases como "al revés de Moisés.. él partió el mar en dos.. fue el mar quien me ha partido a mí"...
¿Por qué vino a colación lo de la colección musical? Por que en el interés por mantener un registro (aprox 1400 discos y contando... desde Fey y Yuri hasta Silvestre Revueltas y Manuel M. Ponce pasando por todo eso que hemos tenido a bien llamar "rock mexicano" desde los cincuenta) tenía por ahí una dupla de discos que me arrepiento no haber escuchado antes, sino hasta que unos muy buenos amigos me dijeron "oye si por ahí tienes algo de los Nena estaría RE bueno que nos los pasaras... son nuestra banda favorita.... son unos chingones y los discos están de no mames".
  • Y yo dije "ah chingá... en serio?"
  • Y ellos dijeron "netooooo"
  • Y yo dije "les cae?"
  • Y ellos dijeron "sssagüevooo"
  • Y yo dije "órales!"
Peeeeero.... se los mandé y por mi parte no los escuché... y me dije a mi mismo "mi mismo... mal... muy mal" (saludos a Polo Polo).

Tiempo después (como año y medio después para ser semi exactos) le cayó uno de ellos a la casa (no que no lo viera mucho por apatía sino por que viven ellos en Guadalajara)... para esas fechas ya había escuchado muchos rumores de la bandota que eran los Nena... y yo seguía "tssss a poco?" (si.. a veces me sale lo ñero.. pero sólo "a veces").

Curiosamente Daniel Goldaracena, lirero de la banda (e ingeniero de sonido de John Zorn y Patton, entre otros), grabó el disco de mis amigos y tuve la oportunidad de conocerlo... ya saben.. de esas veces que uno platica con alguien y encuentra afinidad musical al instante... por esas fechas tocaron los Nena en el España y tuve una serie de revelaciones:
  • "uuóooraless.... si que tienen seguidores"
  • "uuóooraless.... si que son unos personajazos"
  • "UUÓOOORALESSSSSSSSS ESTÁ BIEN CHINGÓN LO QUE TOCAN!!!!" (si... en ese órden)
Inmediatamente (o sea al mediodía después ya que la cruda estuvo buena) copié ambos discos en mi reproductor de confianza... y hubo una sorpresa tras otra (claro que les compré el disco... edición "porno" por cierto y con un arte bastante bueno -polaroid porno incluida-)

Todo el disco me cautivó... y aunque en un inicio pareciera sutilmente difícil, fluye de una manera tal que te hace soltar carcajadas y, como algunos dicen, "levantar la ceja" por la grata sorpresa.

Por estas razones.... y después de una muy mala historia... quisiera compartirlo junto con unos videos.. y con la consigna obligada de que los vayan a ver... pero ya no digo más... >>>ESCÚCHENLO<<<.... saboréenlo... 100% experimental mexicano

"Pos ora pues ¿entonces qué? La despedida..."


"PAPEL DE LAS CULPAS"


(sólo audio pero hay una versión porno muy divertida en la red... la rola tiene un final sublime)

"¿PUS QUÉ HAGO AQUÍ?



"VELOCIDAD EXACTA"

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Lonely Drifter Karen: Entre el pasto cantante, el malabarismo musical y las explosiones en la boca



Un artefacto de algún payaso emite una serie de soniditos, en seguida unos más que hacen levantar el telón hasta develar un menudo grupo de malabaristas en escena que se persiguen entre sí sobre monociclos gigantes. La dulce voz de una mujer, los delgados y largos dedos de un hombre acarician las teclas del piano, la delicada integración de la batería y el silencio en seguida da acceso a las fuertes luces. Señoras y señores, esto no es más que el opening ideal para un delicioso show sonoro.

Lonely Drifter Karen es más que tres palabras reunidas para formar una pseudo oración descriptiva sobre cómo va una chica a la deriva en su soledad. Es toda una síntesis de aromas, sabores, texturas, instrumentos conversando, objetos que inesperadamente emiten sonidos, violines enredándose con guitarras, voces confrontándose con ecos mientras los coloridos hilos de una bufanda muestran el rastro de la madeja; Tanja Frinta, Marc Melià Sobrevias y Giorgio Fausto Menossi, nada más y nada menos que un espectáculo de marionetas con una austriaca, un español y un italiano tras bambalinas.



Se despliega poco a poco la madeja interminable de imágenes e imágenes en cada melodía, cada uno de los 13 tracks en un espacio diferente con personajes mudando de piel, adoptando formas o cambiando de color en situaciones extremadamente emotivas. Grass is Singing se aproxima por mucho al soundtrack de la historia de algún ser desmotivado que recobra la sonrisa al internarse en una feria sin actividad aparente que inesperadamente revive sólo para él. Sentado en un caballito de un carrusel o aplaudiendo al domador de leones al que le tiemblan las piernas al percatarse de los peligros que corre, silbando o tronando los dedos al compás que marca el trote de los caballos, mirando a las chicas en hilera bailando can can, escuchando al pasto cantar bañado en lentejuelas, en medio de luces o lejos de ellas.



Un circo, una feria, un cabaret, una banda nómada, eso y quizá aún más. Una vez que alguna pieza se introduce en los oídos, es imposible frenar la sensación de caminar de la mano de la infancia y la adolescencia al mismo tiempo, recorriendo una tienda de dulces con una infinidad de opciones y decidirse por una Crazy Dips, destaparla, humedecerla, agitarla entre aquél polvito casi mágico para finalmente disfrutar de esas explosiones en la boca con los ojos cerrados, en un intento por alargar el efecto.

Lonely Drifter Karen, Grass Is Singing, Crammed Discs, 2008


Cante con el pasto, súbase a los caballitos y destape su paletita aquí

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